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lunes, agosto 01, 2005

Florencia De La V solía tocar en una banda de death metal. ¡En serio!

Y aquí estamos con una nueva entrega de:

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La sección que ha causado furor entre la concurrencia masculina y no tanto de este blog. Aprovecho esta ocasión para decirles a todos mis muchachotes que si quieren hacer preguntas sobre si van por el buen camino de retorno a la heterosexualidad u otras mariconadas por el estilo, pueden mandarme un mail a la casilla de correo que se encuentra en la columna del costado, o un mensaje en la parte de comentarios. O si quieren, pueden tatuarse la pregunta en una nalga, al lado del tatuaje con el nombre de algún marinero búlgaro o algo parecido, que seguro deben tener.

Pasemos ya a la...

AMENAZA N° 2: LOS RECITALES DE ROCK

Habrase visto cosa más gay que los recitales de rock. Claro, bajo esa inocente apariencia de "agite", "aguante", "descontrol" y demás repugnantes adjetivos que se suelen utilizar en este deleznable mundillo, cualquiera se engaña. Pero la promoción de la homosexualidad y el reclutamiento de nuevos, jóvenes, brillosos y suculentos soplacaños parecen ser los ocultos y verdaderos objetivos de estos antros de la perdición y el coito anal.

Vean, sino, en qué consiste el "pogo", clásico "baile" que se estila en esta clase de eventos: muchas personas de sexo masculino, casi siempre muy transpirados, apretándose y empujándose mutuamente y en gran número, al son la música, la cual los coloca en una especie de "trance homosexual". Algunos se suben arriba del escenario, para finalmente tirarse sobre la masa de cuerpos sudorosos que lo aguarda abajo (esto se conoce como "stage diving"), como si de un mar de porongas tiesas se tratase.

Y por supuesto, están las bandas a las que van a ver: 4 o 5 afeminados pelilargos que se la pasan haciendo muecas, poses, revoleadas de cabellos, bailes insinuantes, y en los peores casos, apuntándose con los instrumentos y otros ademanes propios de un travesti de comparsa. Dios santo, cuán abiertamente gays pueden llegar a ser algunos. El público, a todo esto, reacciona de diferentes maneras, las cuales pueden ser psicológicamente interpretadas según el caso:

Algunos reaccionan...

...haciendo pogo: Como detallamos antes, el pogo es desvergonzadamente gay. Este baile, consistente en empujones, choques de cuerpos, manotazos, pataditas, tocadas de culo, manoteadas de ganso y eventuales besos (el desorden y la virulencia que reinan lo hace extremadamente factible), se puede interpretar como un deseo abierto de que te den matraca. Quien se lanza a danzar contra todos esos fornidos rockeros, generalmente está expresando su deseo de tener sexo anal pasivo con todos ellos, mientras los mismos lo azotan con una silla o algún otro elemento contundente propio del sadomasoquismo.

...haciendo stage diving: Son los que se lanzan desde el escenario, como detallamos anteriormente. Esta clase de sujetos parecieran querer demostrar, con esta actitud, que quieren matraca a toda costa. Se puede deducir que quien practica el stage diving está expresando un oculto deseo de abarcar en un solo abrazo a todos los que se encuentran abajo, cual reina del carnaval que busca el aplauso del público. Luego de esto, parecería que el lógico paso siguiente sería ponerse en culo y pasar a lustrarle el caño a cuanto ser animado o inanimado se le cruce en el camino.

...haciendo mosh: El "mosh" (nombre de alta sonoridad gay, parece el nombre de un cosmético) es un baile muy parecido al pogo, pero con la diferencia de que se practica corriendo en círculos. Una buena cantidad de tipos, corriendo en el mismo sentido, mientras se empujan y se toquetean. Personalmente, pocas cosas me resultan tan claramente gay como el mosh. Se puede deducir de las personas que practican este baile que el fin perseguido por los mismos es que les den matraca. Es como si estuviesen viviendo una fantasía de "colegiala con trencitas corriendo por los prados para ir al encuentro de algún robusto muchacho de la campiña" o algo similar. De esto al conocido "trencito gay" (abotonamiento múltiple y circular) hay un solo paso.

...yéndose adelante de todo: Cual fanáticas de Emanuel Ortega, están los que se ubican en primerísima fila, a escasos metros del escenario y de sus ídolos. Para estar en tan preciada ubicación, seguramente se fueron un día antes del recital a asegurarse un buen lugar en la cola de espera. Obviamente, durmiendo a la intemperie, soportando frío, humedad, incomodidad, olor a culo y perros tratando de culeárselos, aunque esto último probablemente lo disfruten. Pero bueno, es sabido que los homosexuales son gente sufrida, y que están curtidos y adiestrados para soportar esta clase de calvarios. El objetivo de ir adelante de todo es claro: Que sus adorados rockers los vean gritar, llorar, patalear y tirarse de los pelos de los sobacos, tan sólo para conseguir, con suerte, que éstos les dediquen una fría mirada, les tiren una púa o los escupan. Cualquier cosa les viene bien. Se puede deducir, a partir de esta actitud, que esta clase de personas quieren matraca cueste lo que cueste. Aparte de una extrovertida y muy marcada homosexualidad, estos sujetos poseen también una buena dosis de histeria, masoquismo, tendencias maníaco-depresivas, y sobre todo, lo que se conoce como "voracidad anal".

...yéndose atrás de todo: El clásico gay "voyeur". Adopta esa supuesta pose de "yo me las sé todas, no voy a andar pogueando con la gilada, ya no estoy para esas boludeces", pero en realidad, se van atrás para poder ver unos suculentos culos masculinos. Y si, estos también quieren matraca. La secreta intenciòn de esta clase de bufarras de caperuza y moño es de tener un ejército de Marianos Grondonas vestidos de cuero, a los cuales poder sacar a pasear por el barrio con cadenas de perro, y así saciar sus ansias de convertirse en una rígida pero sensual dominatriz.

Bueno, espero haberles hecho ver la luz. A partir de hoy, gasten su tiempo y dinero en actividades más masculinas, por favor. Armar canastas de flores u hornear galletitas con formas de animalitos, por ejemplo. Cualquier cosa es más viril que ir a recitales de rock.